Sely: (mirando a la tienda) ¡Ahh! No lo puedo creer es... ¡T-Taylor!
Yo: (emocionada) ¡Vamos, vamos a saludarla!
Arrastré a Sely hacia el interior de la tienda. Entramos precipitadamente, y la puerta se cerró con tal estrepito que despertó la atención de la vendedora, y la de Tay, que estaba pagando. Se dio la vuelta, y quedó tan pasmada como yo cuando la vi hace un momento.
Tay: (emocionadisima) ¡Chi... chicas, son ustedes!
Sely y Yo: ¡Siiiiii!
Corrimos a abrazarla. Estabamos tan felices que nos habiamos olvidado de que Tay estaba en medio de una compra (incluida ella).
Vendedora: Ejem... ¿Señorita, se va a llevar los jeans?
Tay: Ehm, si, si, claro.
Tay pagó los jeans y salimos de la tienda. (Obviamente Tay se llevó los jeans). Mientras caminábamos, charlábamos animadamente.
Yo: ... Pero creí que te habías ido de viaje.
Tay: ¡Ya volví!
Sel: Si, pero creíamos que tu mamá había conseguido un empleo en Nueva York y todo eso, y que no te volveríamos a ver más.
Tay: Si, así era, pero las extrañaba tanto que convencí a mamá pára que volviéramos aqui, a California.
Yo: (feliz) ¡Genial!
Sel: ¿Transfirieron a tu mamá?
Tay: Si, mamá pidió que la transfieran y lo hicieron. Así que, aquí estoy. (lo dijo con una gran sonrisa).
Sel y Yo nos reímos, y seguimos charlando. A eso de las 7:30 p.m, nos despedimos y cada una fue a su respectiva casa. cuando llegué a la mía, a las 7: 45, me duché, cené y me acosté a dormir. Tenía que descansar, mañana iba a ser un día agotador...
Por cierto, ella es Tay:
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